Reflexiones

Para A. Pérez Esclarín
"El diálogo exige respeto al otro, humildad para reconocer que uno no es el dueño de la verdad. El que cree que posee la verdad no dialoga, sino que la impone, pero una verdad impuesta por la fuerza deja de ser verdad. El diálogo supone búsqueda, disposición a cambiar, a “dejarse tocar” por la palabra del otro. El diálogo verdadero implica voluntad de quererse entender y comprender, disposición a encontrar alternativas positivas para todos, opción radical por la sinceridad, respeto inquebrantable a la verdad que detesta y huye de la mentira. Necesitamos escuchar y también escucharnos. Escuchar nuestro silencio para ver qué hay detrás de nuestras palabras, de nuestros sentimientos, de nuestras poses e intenciones, de nuestro comportamiento y vida que, con frecuencia, ahoga nuestras palabras: (“El ruido de lo que eres y haces no me deja escuchar lo que me dices”); para intentar ir al corazón de nuestra verdad, pues con frecuencia, repetimos fórmulas vacías, frases huecas, mera retórica, e incluso nos hemos acostumbrado a mentir tanto que estamos convencidos de que son ciertas nuestras mentiras."

Educar en Tiempos de Crisis. Autor: Antonio Pérez Esclarín